jueves, 3 de junio de 2010

Un tranvía llamado deseo

Las obras de Tennessee Williams destacan por su -a menudo- inquietante y agobiante modo de reflejar las tensiones sociales y morales que frecuentemente se pretenden ocultar bajo la pesada alfombra de las convenciones, las tradiciones y los buenos modales. Las inclinaciones sexuales frustradas, la opresión familiar, los deseos insatisfechos... suelen enmarcarse en un no menos agobiante contexto reiterativo, el de los estados sureños de EE.UU., anclados en el más rancio conservadurismo y en una latente doble moral. En suma, todo un filón para el cine, donde parejas como Marlon Brando y Vivien Leigh (en Un tranvía llamado deseo) o Paul Newman y Elizabeth Taylor (en La gata sobre el tejado de zinc caliente) sabrían explotar todas estas posibilidades dramáticas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario